Experiencias de Aprendizaje | Sin categorizar
El rol de los padres en la educación virtual

Lydia Chunga, docente de Colegio Áleph, comparte algunas de las experiencias de aprendizaje en el aula para demostrar a los chicos cuán importantes y necesarias son las ‘mates’ en su vida cotidiana.

Cada día es una nueva oportunidad de aplicar lo aprendido. Así es como pensamos la enseñanza de las matemáticas en Áleph; y por ello, desarrollamos laboratorios prácticos en los que los estudiantes no solo aprenden, sino que también comprenden para qué lo hacen y utilizan sus conocimientos en la resolución de problemas.

La docente de Matemáticas Lydia Chunga explica que los laboratorios son estructurados en línea con los contenidos de la currícula escolar nacional. Sobre esta base, se plantea una pregunta de fondo cuya respuesta solo puede alcanzarse englobando los aprendizajes matemáticos requeridos.

“Lo que hacemos es abrirles una primera puerta de pensamiento, de reflexión, que luego se extiende como un tejido. Vamos hilando aprendizajes a través de experiencias, conceptos y diversas habilidades transversales”, comenta la profesora.

Los laboratorios plantean estas preguntas como marco para iniciar o finalizar un proyecto. A través de un proceso significativo y que estimula la creatividad, se ponen en práctica los conceptos sobre temas de interés o que son una problemática del entorno cercano de las y los alumnos.

“¿Existen personas gigantes?”

Esta fue la pregunta de partida para las y los estudiantes de tercer grado de primaria. Rápidamente, y llenos de intriga, empezaron a enunciar sus hipótesis: sí, no, por qué… Lydia fue la encargada de introducir los conceptos para resolver este misterio en etapas. Así, fueron descubriendo la proporcionalidad, la medición, la relación entre magnitudes, la aplicación de ciertos algoritmos, algunas fórmulas y otras herramientas para cuantificar.

“Para ellos, fue algo muy importante comprender cómo analizar las cosas no solamente desde el aspecto cualitativo, sino también el cuantitativo”, explica la maestra. “Vieron que las matemáticas ponen un soporte en la resolución de este problema. Es la característica numérica la que te dice: ‘es verdad, existen personas gigantes porque la ciencia me dice esto’”, añade.

Aquí entra a talar también la importancia de la interdisciplinariedad. Si bien la historia les permitió ensayar una primera respuesta, las matemáticas les brindaron la capacidad de abordar el tema desde una perspectiva muy necesaria. Y esa conexión les hizo comprender el porqué necesitan ambas materias.

Jugar a ser grandes

Con los chicos de cuarto de secundaria, la profesora Lydia Chunga estructuró un interesante proyecto para aplicar todo lo estudiado. Un método de caso en el que cada grupo simulaba conformar una empresa, con un gerente general, un gerente administrativo, un gerente de finanzas, etcétera.

“Hicimos toda una estructura, un organigrama pequeño que asignaba a cada uno, una misión: sacar una data, generar ciertas fórmulas, organizar la información en tablas, modelar la situación… todo con el fin de vender su producto y responder a las necesidades de su cliente”, explica.

Al final del proceso, se invitó a una persona externa, otro docente de Colegio Áleph, quien simuló ser un cliente de la empresa formada. A manera de exposición práctica, las y los chicos pudieron explicar a través de las matemáticas la factibilidad de su negocio. “Eso para ellos significó no quedarse en una teoría, les permitió comprender que en algún momento van a presentarse problemas y deben recurrir a todo un manejo de estrategias matemáticas para ser más precisos y no entrar a supuestos”, concluye Lydia.

La experiencia demuestra que, en cada aprendizaje, siempre hay una conexión, con contacto entre las materias y la vida diaria, los retos presentes y futuros. Así es como logramos integrar las matemáticas en el pensamiento de nuestras y nuestros alumnos, y convertimos el conocimiento en algo útil, duradero y relevante para ellas y ellos.